Tarántula (de Eduardo Halfon)

Partiendo de hechos autobiográficos, Tarántula (Libros del Asteroide, 2024) examina desde los puntos de vista de un niño y un adulto el encuentro decisivo entre el pasado y el presente de un escritor guatemalteco. Eduardo Halfon, con ese estilo breve y rico en anacronías que caracteriza sus relatos, nos invita a leer una novela de aprendizaje en la que confluyen las herencias históricas y las lecciones de supervivencia.

La narración empieza con una escena premonitoria: la entrada repentina de lo que parece ser el tatuaje con forma de tarántula en el brazo de un antiguo instructor de campamento para niños. Este recuerdo borroso, en medio del follaje tupido del bosque, marca la infancia de la voz protagónica y sirve como impulsor narrativo de los misterios que serán develados en las siguientes páginas. El alter ego de Halfon, yuxtaponiendo la mirada infantil conectada a este suceso y la perspectiva posterior de un hombre maduro mucho más inquisitivo, hace memoria de un hecho culminante en torno a su conciencia de las identidades heredadas, mientras desentierra, de forma gradual, la experiencia en un campamento de adoctrinamiento para niños judíos en medio de las selvas de la América Central de los años 80.

Lo autobiográfico, sin duda, pasa lentamente por el filtro de la ficción, sin embargo, el elemento real robustece el drama de la historia y le da un mayor peso sociohistórico, sobre todo cuando el autor se detiene en las relaciones con la línea paterna judío-polaca, el conflicto entre la pertenencia y la no pertenencia, los nacionalismos efervescentes y los movimientos migratorios actuales y pasados. Cabe mencionar, además, que las figuras masculinas son sustanciales en el acoplamiento simbólico del narrador ficticio; entre ellas destaca la presencia del instructor sionista del campamento (Samuel Blum), un memorable personaje secundario que delimita tanto la forma de ver como de no ver el mundo concreto.

Aunque el yo-narrador de la novela reconoce sus orígenes nacionales y herencias religiosas, advierte también, debido a mudanzas y trasplantes continuos, las desterritorializaciones y los mestizajes que forman su persona, siendo capaz de observar el antisemitismo y el nazismo por lo que son, formas deterministas de pensar y actuar, y a la vez de rechazar los hábitos castrenses de aleccionamiento y los discursos de crueldad de un grupo extremista como el de Blum (un modus operandi al que el personaje central se resiste en cualesquiera de sus edades).

Saltando anacrónicamente entre recuerdos y vivencias que tienen escenarios en Guatemala, Estados Unidos, Francia y Alemania (sin dejar de lado algunos sucesos románticos de la pubertad), Tarántula utiliza las virtudes del fragmento literario y la memoria personal para ofrecer al lector no solamente una perspectiva antimonolítica acerca de lo “judío” o lo “guatemalteco”, sino también lecciones de dolor y persistencia que pueblan modos opuestos de pensar y de juzgar a los otros.

Gracias por leer esta reseña

Soy Salvador Luis (1978), narrador, editor y crítico cultural peruano: www.salvadorluis.net. Twitter: @UnRaggioLaser

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