Tres secciones anidadas de fantasías y remembranzas anfibias componen Croac y el nuevo fin del mundo (Seix Barral, 2022), de Ricardo Sumalavia @RicSumalavia, una estimulante novela corta de la literatura del absurdo que sumerge al lector en un mundo de ilusiones escandalosas y confesiones inauditas.
Inclinándose por un tono humorístico pero a la vez reflexivo, el autor propone una obra de diégesis incierta que toma como principio generador las transmisiones orales de un joven de dudoso discurso. Este muchacho, apodado “el Cabezón”, natural de una ciudad de la Amazonía peruana, es en realidad un narrador-guía: el incansable intérprete de las onomatopeyas de un anfibio fumador que podría o no existir en la pileta del jardín de su casa.
La rana a la que hacemos mención es al mismo tiempo una suerte de voz interna de su traductor; por momentos desafiante, por momentos surrealista, siempre profunda, irónica e irrespetuosa. “El Cabezón”-narrador, ciertamente, pareciera estar bajo el dominio de esta voz, o al menos valorar su constante codependencia; es cierto que rana y narrador son diferenciados, y que el autor representa dos personajes en rivalidad discursiva, sin embargo, cabe advertir que sus interacciones dan la impresión de ser también amplificaciones deformadas de los pensamientos del joven narrador: el lado irracional, y en ocasiones psicotrópico, de un extraño muchacho que reside en casa de su abuela.
A pesar de ello, cada nueva página de Croac y el nuevo fin del mundo (al igual que la minihistorieta que lo acompaña) formula una meditación intensa, o al menos expone una remembranza vil. “El Cabezón”, nuestro guía, organiza y resume razonamientos y disquisiciones en torno al tiempo, al origen de la vida animal y a la existencia anfibia; nos acerca a las conductas pasadas de otras ranas, las criaturas que se encuentran dentro de él (una rana reencarnada); se expresa escatológicamente acerca de la libido, la ceguera y acerca de lo espectral (asegura haber visto fantasmas, entre ellos el del abuelo del narrador); opina sobre la cultura de la cancelación y la recepción de las obras literarias, y recapitula, infatigablemente, hechos ocurridos durante una supuesta guerra entre las ranas del Norte y las ranas del Sur.
El arribo de una inexplicable nave espacial, posteriormente, y las caricaturescas experiencias atribuidas al uso de una máquina del tiempo, coronan la red de irracionalidades simbólicas de esta ficción del absurdo, acentuando su extravagante belleza fragmentaria y copiosa imaginación: las pasiones de un autor de lo insólito como Ricardo Sumalavia, quien siempre prefiere dejarse llevar.
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Soy Salvador Luis (1978), narrador, editor y crítico cultural peruano: www.salvadorluis.net. Twitter: @UnRaggioLaser