Exorealidades (Pandemonium Editorial, 2022), la nueva colección de narrativa de Tanya Tynjälä @tanyatynjala, reúne siete historias especulativas ligadas temáticamente a través de distintos subgéneros de la ciencia ficción: la colonización espacial, la narración posapocalíptica, el cuento utópico y distópico, la catástrofe climática vinculada al antropoceno, el relato de contagio viral y el relato cósmico-numinoso.
El título de la colección, efectivamente, destaca ya desde la cubierta la diferencia representacional entre las realidades concretas y las posibles, enalteciendo la orientación proyectivo-anticipatoria del género que gobierna cada una de las corrientes que nutren el imaginario de la autora. Esta antología de relatos, por consiguiente, opera como una sala de proyecciones EXcéntricas, ya que no solo ostenta una mirada crítica y reflexiva acerca de los cambios sociales y biológicos conectados a la tecnocultura factible (aquello que está más allá de nuestra posibilidad tecnológica actual), sino que manifiesta también una genuina adherencia a las posibilidades estéticas del género en cuestión, proyectando con soltura (y efervescente sinceridad) todo su espectro de luces, sombras y maravillas.
Tynjälä recorre sin dificultades los patrimonios de la ciencia ficción, impulsándolos, además, hacia otros parajes y perspectivas. La cartografía simbólica de Exorealidades confirma un conocimiento empírico de la tradición (las columnas fundacionales del arte especulativo, ya sean literarias o cinematográficas), y a la vez propone una mirada que no es solamente posmodernista sino ya metamodernista. Dicho con otras palabras, en los relatos de Tynjälä percibimos tanto una ambición por mantener los grandes dispositivos discursivo-temáticos del género (modelos de worldbuilding canonizados durante los siglos XIX y XX) como un entusiasmo impetuoso por reformularlos, descomponerlos y resignificarlos.
Las transformaciones más obvias están ligadas a los roles de género, protagonistas y puntos de vista femeninos (algo que en el siglo XXI, al menos estéticamente, es cada vez más una normalidad que una excepción). Pasado ese primer nivel, observamos otras variaciones textuales, fundamentalmente en la dimensión reflexiva de corte científico-ecologista (cómo los científicos o los poderosos, por ejemplo, son capaces de cuestionar el progreso en relatos como “Nuevo Mundo” o “Un crudo infierno”) y en la dimensión genérico-transformacional (el modo en que la autora alude a planteamientos anormales para reescribir ciertos tópicos literarios de la ciencia ficción, especialmente el del apocalipsis zombi).
“99”, justamente, la única narración de contagio viral incluida en este volumen, es un ejemplo apreciable de este tipo de reformulación. Además de representar un mundo sin esperanza e invadido de apestados, Tynjälä recurre a un quiebre de la tradición de los muertos vivientes, haciendo del hambre caníbal una opción ciertamente innecesaria. Al mismo tiempo, la nouvelle “La ciudad de los Nictálopes”, publicada ahora en su forma definitiva, sin los cambios editoriales de la conocida adaptación juvenil, plantea a través de la desestabilización del pensamiento utópico la trascendencia de lo orgánico y lo luminoso frente a lo artificial y lo sombrío.
Podríamos decir que otra de las grandes líneas temáticas de Exorealidades se conecta con el ciclo universal de la creación y la destrucción de mundos. “La danza de Shiva”, indudablemente, explota la tradición religiosa de la trinidad hinduista para filosofar acerca de la existencia humana en contraste con la simulación de la vida; mientras que “Soile Grim” (evidente variación fonética de Soylent Green) nos habla —asentándose en la oposición generacional abuelo/nieta— de una sociedad isleña posterior a la hecatombe, del adiós al mundo viejo y la esperanza que subsiste en el nuevo océano y los jóvenes que pescan en él.